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EDEVAL publica libro “Estudios de Derecho Civil, Comercial y Marítimo en homenaje al profesor Leslie Tomasello Hart”

En la obra participaron 22 docentes de diversas universidades nacionales.

El sello editorial de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valparaíso, EDEVAL, publicó recientemente el libro “Estudios de Derecho Civil, Comercial y Marítimo en homenaje al profesor Leslie Tomasello Hart”, iniciativa donde 22 docentes de diversas universidades del país respondieron a la invitación de tributar un reconocimiento a la impecable trayectoria del profesor emérito de la Escuela de Derecho UV, Leslie Tomasello Hart, con motivo de su retiro tras más de 50 años de carrera académica en la Facultad de Derecho de la UV.

La obra consta de dos tomos: el primero está dedicado a estudios en el ámbito del Derecho Civil, con trece estudios aportados por igual número de autores; mientras que el segundo está enfocado al área del Derecho Comercial y Marítimo, con nueve estudios aportados por ocho autores. En total son más de 780 páginas, incluyendo un apartado preliminar relativo a destacar la biografía y obra del profesor Leslie Tomasello Hart. 

El libro fue co-editado por los profesores Ricardo Saavedra y Luis Felipe Peuriot, con el apoyo de los profesores Leslie Tomasello Weitz y Camilo Arancibia, además de la colaboración del ex ayudante alumno José Luis Cofré.

El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valparaíso y director responsable de EDEVAL, Alberto Balbontín, indicó al respecto que “con la publicación de un libro de homenaje al profesor Leslie Tomasello Hart, EDEVAL cumple un ineludible deber de gratitud con uno de los profesores que más dedicación, compromiso y sobre todo calidad profesional, académica y humana, entregó a nuestra Escuela de Derecho y a la universidad. Muchas generaciones de abogados formados en la disciplina y el rigor por el trabajo bien hecho que siempre identificaron el desempeño del profesor Tomasello Hart en sus asignaturas de Derecho Civil y de Derecho Marítimo, quedaron marcados con ese sello, y que, sin dudas, lo agradecen cada vez que deben enfrentar las dificultades propias del ejercicio profesional, no solo en el campo estrictamente jurídico, sino también en la responsabilidad y actitud ética con que se debe practicar la abogacía”

Por su parte, el profesor de la Escuela de Derecho de la UV y co-editor de la obra, Ricardo Saavedra, aseguró que “los dos tomos que dan vida a esta obra son el reflejo del amplio prestigio que el profesor Leslie Tomasello Hart goza gracias a su fecunda producción científica a lo largo de más de 50 años de trayectoria académica, y que lo posiciona como una voz autorizada en diversos ámbitos del Derecho Privado a nivel nacional. Más de veinte investigadores de diversos centros universitarios respondieron a la invitación de honrar una carrera ejemplar que abarcó todas las áreas del quehacer universitario, y de la cual, como Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, hemos sido los principales beneficiarios. Como académico de esta escuela y exalumno del profesor Tomasello, es una doble satisfacción el haber podido contribuir a que este libro pudiera materializarse, juntamente con el profesor Peuriot y todo el equipo que participó en su edición. Agradezco también al decanato de la Facultad el apoyo recibido para este proyecto a través de EDEVAL y los talleres de imprenta”.

Finalmente, el profesor de Derecho UV y co-editor del libro, Luis Felipe Peuriot, indicó que “Leslie Tomasello Hart formó a muchas generaciones de abogados, siempre con vocación inclinada al estudio y al análisis acucioso de las instituciones, combinando el estudio con la práctica profesional. Es un trabajador incansable, con una gran capacidad y dedicación a sus actividades, preocupado siempre de transmitir sus conocimientos de manera generosa. Se trata de un referente tanto en la academia como en el ejercicio de la profesión, quien a quien además considero mi maestro, ya que fui su estudiante en Derecho Civil y Derecho Marítimo, y trabajo con él hace muchos años en su estudio jurídico. Estoy feliz de haber colaborado en la elaboración de la obra en reconocimiento al profesor Tomasello Hart, que contiene grandes e interesantes artículos. El libro es un homenaje a su labor docente y profesional, así como también al sello que dejó en sus estudiantes y ha dejado en la doctrina, considerando las obras que ha escrito en Derecho Civil y Derecho Marítimo”.

Leslie Tomasello Hart

Leslie Tomasello Hart es abogado de la Universidad de Chile. Fue profesor de Derecho Civil y Derecho Marítimo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valparaíso, además de director del anuario de Derecho Comercial y Marítimo de la Facultad de Derecho UV. Ha publicado extensamente en sus áreas de docencia y ejercicio profesional.

En la Escuela de Derecho destacó además en el ámbito de la administración académica, contribuyendo de manera decisiva en una importante etapa de nuestra casa de estudios, sirviendo en diversos cargos de relevancia en el período de transición, cuando la sede de Valparaíso de la Universidad de Chile pasó a constituirse en la nueva Universidad de Valparaíso.

Ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, sede Valparaíso, el 1 de abril de 1961. Según detalló, “rendí el antiguo Bachillerato y prueba de admisión, durante la cual apareció su director don Victorio Pescio Vargas y quien, obviamente, ‘nos infundió algún temor’. Lo hice conjuntamente con quien sería mi colega y cónyuge Gloria Weitz Bravo, para luego formar una familia, de la cual nació Leslie Tomasello Weitz, quien también estudió Derecho y es hoy nuestro colega y socio, además de académico de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso. Por consiguiente, a la escuela debo no solo mi oficio, sino mi familia”.

“Fui el primer ayudante egresado, pero no titulado, que tuvo nuestra escuela, en la cátedra de Derecho Civil, desempeñándome como ayudante de quien fue mi profesor en la asignatura, don Sergio Fuenzalida Puelma, un eximio profesor, didáctico por naturaleza, pero que desafortunadamente no dejó una obra escrita, a lo menos en la medida suficiente. No fue una elección fácil, porque quien fue mi también muy buen profesor de Derecho Procesal, don Enrique Correa Labra, a la sazón Ministro de la Iltma. Corte de Apelaciones de Valparaíso y que luego fuera presidente de la Excelentísima Corte Suprema, quería que desempeñare mi ayudantía en su asignatura. Los ayudantes teníamos que vigilar pruebas y recuerdo que, en una oportunidad, la Dirección me pidió que lo hiciera en una de Derecho Procesal, habiéndome contestado don Enrique ‘que no correspondía a mi vocación’, puesto que cuando me pidió ser su ayudante, le dije que ‘mi vocación era el Derecho Civil’. Don Enrique Correa Labra, aparentemente hosco, era una persona de muchos sentimientos”, añadió.

“Fueron años de mucho estudio, hasta llegar al egreso, en que me vi favorecido con algunas distinciones, cuales fueron el Premio Luis Vicuña Suárez en Derecho Civil y también dos del Instituto de Ciencias Penales, en Derecho Penal y Medicina Legal. Me entusiasmé muchísimo con mi memoria de grado relativa al daño extrapatrimonial en la responsabilidad contractual, posteriormente publicada por la Editorial Jurídica de Chile como ‘El Daño Moral en la Responsabilidad Contractual’ -parece que era más asequible el término ‘moral’ que ‘extrapatrimonial’-. Luego de la Memoria, hice mi práctica profesional en el Consultorio Jurídico Gratuito del Colegio de Abogados de Valparaíso, conjuntamente con mi futura cónyuge y también rendimos el examen de grado el mismo día”, añadió sobre su historia ligada a la unidad académica.

Respecto a su vida en la escuela una vez egresado, explicó que ésta “se prolongó por alrededor de 50 años, donde tuve labores propiamente académicas, directivas y me empeñé en algunas publicaciones, primero relativas al Derecho Civil y luego al Derecho Marítimo, que fue la asignatura que impartí por algo menos de 20 años a continuación de la de Derecho Civil, en la que estuve 30 años. Recuerdo con mucho cariño varias generaciones de alumnos, de los cuales incluso hijos de ellos fueron también mis alumnos. Cuando se jerarquizó la carrera académica, se me ubicó como profesor titular”.

“En lo directivo académico, fui Secretario del entonces Departamento de Ciencias Jurídicas, Jefe de a la sazón existente Carrera de Asistentes Judiciales, Jefe de la Carrera de Derecho, Director de la Escuela de Derecho, y Secretario de la entonces Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Sociales, siendo Decano el recordado Profesor Italo Paolinelli Monti. Esas denominaciones corresponden a la estructura existente antes de que la sede Valparaíso de la Universidad de Chile se convirtiera en la Universidad de Valparaíso, aunque excluyendo a lo que era el Instituto Pedagógico. Las carreras correspondían más o menos a las escuelas, pero eran los departamentos los que proporcionaban la docencia. En nuestro caso, lo hacía el Departamento de Ciencias Jurídicas”, explicó.

“Cuando estaba próximo a cumplir 50 años de desempeño y los consiguientes de edad, estimé que era el momento de apartarme, dejando espacio a los más jóvenes, sin perjuicio que la ‘brecha generacional’ aumentaba. Estimo haber sido un profesor exigente, pero espero justo, y la verdad es que muchos de mis exalumnos agradecen esa exigencia. Lo digo porque es mi impresión que en los últimos años se ha venido progresivamente cayendo en cierto “facilismo”. El ingreso a la universidad no es necesariamente sinónimo de egreso. Solía decir a mis alumnos, al presentar la asignatura, que en ésta ‘nada se regalaba, sino que se ganaba’, lo cual creo es la experiencia de la vida, salvo algunos afortunados. El esfuerzo, el emprendimiento y hasta el sacrificio son, en mi opinión, más formativos”, destacó.

Respecto a la obra, detalló que “es una distinción, probablemente excesiva, que se vino a agregar a mi nominación como Profesor Emérito en Derecho Civil y Derecho Marítimo. Sinceramente fue una absoluta sorpresa cuando llegó un sobre a mi oficina que solo tenía mi nombre. Lo toqué y me di cuenta que dentro había dos libros. Lo abrí y me encontré con la tamaña sorpresa de que eran estos estudios en homenaje a este profesor. Estoy profundamente agradecido por el esfuerzo de los editores Ricardo Saavedra y Luis Felipe Peuriot, y de sus colaboradores Leslie Tomasello Weitz, Camilo Arancibia y José Luis Cofré. Por cierto, mis agradecimientos son extensivos a la ‘Semblanza’ que preparó el profesor de la PUCV Claudio Barroilhet, distinguido autor y académico en la asignatura de Derecho Marítimo. Igualmente agradezco el ‘elogio’ del exdirector y exalumno Ricardo Saavedra, como asimismo a todos y cada uno de los autores que aportaron un artículo, algunos de ellos incluso queridos exalumnos”.

“Estoy en el proceso de lectura de estos diversos artículos, los de Derecho Civil ubicados en el Tomo I y los de Derecho Comercial y Marítimo en el Tomo II. Quiero destacar el artículo de Camilo Arancibia, denominado ‘Una nueva clase magistral para la enseñanza-aprendizaje del Derecho’, particularmente, en cuanto se refiere a ‘las clases activas y las consecuencias de su instauración’. Tanto en Derecho Civil como en Derecho Marítimo, éste con mayor énfasis, intenté incorporar metodologías activas, pero debo decir que la cooperación por parte de la mayoría de los estudiantes dejó que desear. Parece que el estudiante de Derecho, por lo menos en alguna medida, no tiene el hábito de hacerlo clase a clase y aún menos de preparar sus futuras clases, por cierto, sobre la base entregada por el docente. Es mi opinión que el docente debe programar íntegramente su asignatura y fijar todas las reglas del juego, dándolas a conocer al estudiante en la primera oportunidad, incluido en su caso todas las indicaciones para acceder a los materiales. El profesor debe presentar el contenido total de la asignatura en la o las sesiones iniciales y debe comenzar cada unidad temática con la respectiva presentación, para luego cerrar el período académico con una suerte de balance, supuesto que haya ofrecido todos los contenidos temáticos, de haber sido ello posible”, añadió.

Según explicó, “los contenidos más importantes de cada unidad temática probablemente deban ser impartidos por el profesor a través de una suerte de clase conferencia o magistral, pero los demás debieran ser preparados a priori por los estudiantes, de modo que se puedan disminuir las sesiones de contacto y éstas restringirse a un debate y consultas por parte de los estudiantes, pero, otra vez, eso supone esfuerzo permanente y no solo al cabo de la asignatura para rendir las evaluaciones finales. Incluso hay contenidos que bien pueden ser dejados para el solo estudio de los alumnos”.

Concluyo estas palabras reiterando los agradecimientos para mi escuela, para todos aquellos que me posibilitaron verme honrado con el respectivo título profesional, aún entregado por la Excelentísima Corte Suprema, y haber tenido la posibilidad de contribuir a la formación de muchos estudiantes. Especiales agradecimientos para las actuales autoridades: decano Alberto Balbontín y director Claudio Oliva, y para todos aquellos que han posibilitado la publicación que motiva estas palabras”, cerró.

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