quinta sesión clínica

Clínica Jurídica y de DDHH cerró ciclo de conversatorios sobre el estallido social en la Región de Valparaíso

En la última sesión se dialogó sobre género, diversidad y adolescencia e infancia en contexto de protesta social.

Una reflexión sobre las experiencias y desafíos en torno al tratamiento de casos vinculados al género, diversidad sexual y niños, niñas y adolescentes en contexto de protesta social, desarrollaron tres profesionales que participaron de la jornada de cierre del ciclo de conversatorios “Estallido social y derechos humanos en la Región de Valparaíso”, iniciativa de la Clínica Jurídica y de DDHH de la Escuela de Derecho de la UV, que fue transmitida durante cinco semanas consecutivas a través del Facebook de la unidad académica.

Participaron en la jornada Rodrigo Mallea, investigador de Derechos Humanos, activista de Disidencias en Red y miembro de la Defensoría Jurídica de la Universidad de Chile; Karinna Fernández, abogada de víctimas y defensora de DDHH, y abogada de Londres 38; y Nikol Martínez, abogada OPD de infancia y juventud Valparaíso y de la Red de Observadoras de DDHH Valparaíso.

La actividad fue inaugurada por la profesora de Derecho y encargada de la Unidad de Igualdad y Diversidad UV Daniela Marzi, quien destacó que “este es un programa que permite sentir orgullo a propósito de los hechos que conocimos en octubre, pero también para transitar por este mes de septiembre que siempre es tan complejo para Chile. En los conversatorios tuvimos la posibilidad de enfrentar el análisis de muchos aspectos vinculados a las violaciones de derechos humanos”.

Cecilia Valenzuela, profesora de la Clínica Jurídica y de DDHH, fue la encargada de moderar la sesión, sobre la cual explicó que “el perfil que se le quiso dar se vincula a considerar las particulares formas que tienen ciertos sectores de la sociedad tradicionalmente vulnerados, de cómo ellos vivieron y experimentaron la violencia ejercida en el contexto de las movilizaciones, desde una perspectiva de género, niños, niñas y adolescentes, y personas de la diversidad sexual”.

Perspectiva de género

Karinna Fernández explicó que enfrentó los hechos “con mucho dolor como mujer y además como defensora de derechos humanos, pero además porque puso en evidencia lo que significa el control social represivo, es decir, la violencia estatal puesta al servicio de reprimir con el fin de jerarquizar los cuerpos, ya sea de las mujeres, de la diversidad sexual, y de niños, niñas y adolescentes. Lo que uno observa es la gestión con la que se materializa a través del estado y el aparato estatal, de la policía y las fuerzas armadas, y del estado civil como actores que tampoco criticaron la violencia contra las personas, cómo se ataca a quienes se busca transgredir con el objeto de castigarla, es decir, cómo se castiga la protesta social, las reivindicaciones y la lucha”.

“La Corte Interamericana señala que la violencia sexual se configura no solo con acciones de invasión física al cuerpo humano, sino que incluso puede haber torturas sexuales o acciones de connotación sexual, aunque no haya contacto físico. En ese sentido, hay que destacar y recordar que situaciones como las vividas en Chile son formas de tortura sexual, y estaban presentes dentro de la formación policial. Acá es importante subrayar cómo la fuerza policial y armada utilizan la violencia estatal con el objeto de amedrentar a las mujeres, intimidarlas e inhibirlas de volver a participar de la vida política”, añadió.

Diversidad sexual

Rodrigo Mallea detalló que “la violencia sufrida por la población LGBT tuvo un enfoque correctivo, y se utilizó por agentes del estado y entre privados con el objetivo de reproducir el poder patriarcal, de modo de imponer un estereotipo por medio de la fuerza, para volver a lo que el sistema te impone. Ese es mi planteamiento respecto a la visión de todo lo de la protesta, pero no es algo que se marque aisladamente, sino que es una forma de violencia de género”.

“Un punto importante a denunciar es que no es solamente el hecho de que una persona sea LGBT, sino que es una percepción de un estereotipo por parte del agresor puede percibir un estereotipo, lo cual no comparto. Hay una selección de la conducta para corregirla, lo que también se da a nivel material y normativo. Hay que entender que esta violencia es de índole estructural, y el objetivo siempre es castigar, borrar, corregir, no solamente a personas como tal, sino que una identidad, un cuerpo y un comportamiento, porque otro elemento que es compartido dentro de este tipo de violaciones a derechos humanos es la índole simbólica”, destacó.

Niños, niñas y adolescentes

Nikole Martínez explicó que “si hay una característica de lo que fue pasando a partir del 18 de octubre, es que se evidenció una falta de prolijidad y cumplimiento de la normativa que resguarda específicamente a niños, niñas y adolescentes (NNA), que es el trabajo que se hizo a través mío por parte de la OPD de Valparaíso. Esto se traspasó a un desconocimiento respecto de los derechos y las particularidades que tienen los procesos de detención tratándose de NNA, prácticas que tienen una cierta sistematicidad y un carácter histórico, y el estallido social lo que hace es visualizarlo”.  

“En cuanto a las vulneraciones, agresiones y abusos que se pudieron recabar en Valparaíso, y específicamente tratándose de las detenciones de NNA, percibimos amenazas y amedrentamientos de todo tipo. Por otro lado, frente a todo este caos y vorágine que estaba ocurriendo, siento que lo más ‘valioso’, por así decirlo, tiene que ver con el nivel de respuesta que hubo de la comunidad y la entrega de la gente, de poder hacer presencia en los centros de detención y cierta fiscalización comunitaria de lo que ocurría”, cerró.

Respecto a la respuesta por parte del estado de Chile respecto de las violencias específicas sufridas por estos grupos de la sociedad, los profesionales señalaron que frente a las garantías reforzadas la respuesta estatal de protección ha sido nula, y que existen importantes desafíos en esa materia en cuanto a la protección y resguardo de derechos humanos.

Posterior a las presentaciones, la profesora de la Clínica Jurídica y de DDHH Marcela Aedo entregó sus reflexiones respecto a la temática tratada y cómo se plantean los nuevos desafíos.

Finalmente, la coordinadora de la Clínica Jurídica y de DDHH, Inés Robles, agradeció la asistencia de los invitados y destacó la relevancia del ciclo de conversatorios, que buscó generar un escenario para la reflexión sobre la vulneración de derechos humanos ocurrida en la Región de Valparaíso en el contexto del estallido social.

El registro completo de la actividad se puede revisar aquí.

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