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Académicas dialogaron sobre la visión externa del derecho público chileno

En segunda sesión de conferencias “Transformaciones del Derecho Administrativo”.

Se llevó a cabo con éxito la segunda sesión de las conferencias “Transformaciones del derecho administrativo”, organizadas por el departamento de Derecho Público de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso.

En la jornada, expuso la profesora de CERCCLE- Universidad de Bordeaux (Francia) Carolina Cerda-Guzmán, acerca de “El derecho público chileno visto desde afuera”, ponencia que fue comentada por la docente de Derecho PUCV, Rocío Parra, bajo la moderación del académico de la UV, Aldo Rivera.

En su intervención, Carolina Cerda-Guzmán explicó que “es importante examinar el estado del derecho público chileno en este momento que podemos calificar de pre-constituyente, lo que no es simple, pero es esencial para proponer un nuevo pacto social en línea con las expectativas del pueblo chileno, además porque Chile está siendo observado con mucha atención por la doctrina europea. Cuando examino el derecho público chileno me llaman la atención dos cosas: por un lado, que es un derecho público caracterizado por su naturaleza paradójica, porque es extremadamente clásico y al mismo tiempo muy inusual, desde el punto de vista francés. Por otra parte, también es un derecho público que se encuentra al límite de su capacidad y está frente a grandes escollos. Las múltiples reformas puntuales han alterado el derecho público chileno a tal punto que hoy ha perdido su coherencia e identidad”.

“Empecemos mirando lo que hace al derecho público chileno, desde mi punto de vista, uno de los más clásicos de los derechos públicos en América del Sur. Primero, Chile cuenta con una importante lista de derechos y libertades constitucionales, entre ellos figuran los principios habituales, de igualdad ante la ley, de necesidad de penas y delito, la libertad de conciencia, etc. Sin embargo, no hay nada particularmente innovador en esta lista, comparable a la que se puede encontrar en las constituciones redactadas en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, pero desde entonces estas listas han sido complementadas para añadir una nueva dimensión, en particular los derechos humanos de tercera generación, es decir, ambientales y de solidaridad. Es cierto que la constitución chilena cuenta con un artículo que dice que asegura a todas las personas el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación, pero la formulación no se puede comparar a la formulación que se puede encontrar en otras constituciones, porque sobre la base de ese artículo es posible derivar un derecho individual subjetivo a un medioambiente -por lo tanto, un derecho de primera generación- cuyo respeto principalmente es responsabilidad del estado, pero no permite la formulación de reconocer un derecho de tercera generación basado en la solidaridad, cuyo respeto es responsabilidad de todos”, añadió.

Detalló que quienes no están familiarizados con el derecho público chileno “también se sorprenden al saber que la constitución no incluye el reconocimiento de derechos específicos para los pueblos originarios, lo que es una característica común en otros países latinoamericanos. El Tribunal Constitucional ha incluido en el concepto de medioambiente, la salvaguarda de los conocimientos tradicionales y ha considerado que las plantas medicinales podían ser plantadas y utilizadas por productores indígenas sin restricciones, pero estos avances son pequeños, y colocan a Chile en una posición muy singular desde el punto de vista francés”.

“La segunda fuente de asombro es la relación que el estado tiene con las iglesias y, más ampliamente, con las religiones. Los observadores externos notan la ausencia de la religión y de incluso Dios en la constitución chilena, lo cual es muy raro en Latinoamérica, donde de las 19 constituciones latinoamericanas solo cuatro no hacen referencia a lo divino, incluyendo a Chile, y lo que preocupa es esta falta de claridad en un punto muy sensible desde una perspectiva europea. La tercera fuente de asombro es la importancia de la lucha contra el terrorismo en el derecho constitucional chileno, sobre todo teniendo en cuenta que el país no es conocido internacionalmente como un semillero de grandes ataques terroristas, y los colegas se sorprenden de que la constitución mencione la lucha contra el terrorismo. Nosotros sabemos cuáles fueron las razones para incluir tal mención en la constitución, pero ¿por qué Chile no ha optado por suprimir este término de la constitución y volver a ponerlo en el lugar que le corresponde, es decir, al nivel de la ley?”, explicó.

“En mi opinión, la principal característica del derecho público chileno es precisamente su falta de características propias, dado que es muy difícil determinar cuál es su identidad y los principios y valores que lo sustentan. ¿Se trata de un derecho público modesto? ¿O particularmente derogatorio del derecho privado? Y en caso afirmativo, ¿se trata de un derecho que trata de preservar solo los intereses del estado o que, por el contrario, tiene particularmente en cuenta los intereses de los ciudadanos, o de ninguno de ellos, pero que pone en su centro la preservación de los intereses comunes y colectivos, conocidos como el interés general? Es difícil decirlo en la actualidad, ya que las repetidas reformas, pero también las inacciones u omisiones voluntarias, han dado lugar al desarrollo de procedimientos y a la creación de instituciones contradictorias. Es importante que la reflexión sobre la identidad del derecho público chileno se lleve a cabo de manera objetiva y sobre todo que se creen instituciones que puedan construir gradualmente esta identidad, porque yo creo que una identidad no se determina en sí misma, sino que se construye, y el objetivo de la actual convención no puede ni debe ser redactar un texto perfecto o ideal en el absoluto, sino que debe ser adaptado a Chile y a sus particularidades, estableciendo instituciones que sean legítimas y sólidas, y que puedan entonces producir el tan esperado cambio social”, cerró.

Por su parte, Rocío Parra indicó sobre la presentación que “la profesora ha podido presentar una radiografía necesaria, y si bien ella pone este énfasis en que busca no ser necesariamente crítica pesimista, la crítica es absolutamente necesaria como sustantivo, y cumple con el rol que la doctrina debe satisfacer en un momento histórico como el que nos encontramos hoy en día en Chile”.

“El ordenamiento jurídico chileno, y particularmente el derecho público como fenómeno jurídico a nivel nacional, ha develado estos sistemas paradojales que han sustentado la manera en cómo la comunidad jurídica se ha visto permeada, lo cual fue explicado por Carolina en características tan evidentes, como el propio texto constitucional con rasgos por una parte tan clásicos del reconocimiento de garantías fundamentales, pero que, inevitablemente, van con raíces que no son de tanta profundidad, sino que obedecen a un momento histórico político puntual en Chile, donde se quiebra con una lógica que podríamos estimar, quizás, si es que tuviéramos que etiquetarla desde la lógica de una búsqueda de un estado relativamente social”, detalló.

Respecto a la pregunta establecida por la profesora, sobre cuál es la identidad que sostiene nuestro derecho público chileno, indicó que “es una importante interrogante, que debiese estar en todos nosotros y en este interés no solamente académico, sino que un interés real de cómo queremos que se construya este nuevo proceso o cómo se está construyendo, porque cuando pensamos cuales son los principios y valores que están a la base del derecho público chileno, y cuando lo vemos desde afuera, pero también cuando lo entendemos en esta clave de transformación del derecho, uno tiene que plantearse que hay ciertos rasgos únicos de esto que hoy denominamos Chile, y eso es muy develador”.

“Nuestro sistema ha concebido que la seguridad jurídica muchas veces ha estado al servicio de los grandes intereses pero no de los intereses generales, y es preciso hacer esa clarificación, porque los intereses generales, cuando los entendemos en clave de un bien común o de la lógica que satisface las necesidades de la población como un todo, cambian a cuando uno lo ve como intereses que satisfacen la seguridad económica de ciertos grupos, y esos grupos a su vez van a permear esa certeza jurídica en beneficio del resto de la población. En ese sentido, creo que nuevamente hay un tremendo desafío que nos presenta la profesora, en tomar el tiempo de identificar cuáles son esos rasgos. Ella nos explica que quizás esos rasgos evidencian este carácter de una importación, que muchas veces ha generado esta especie de trasplante que no se ha adherido al tejido, y eso es muy preocupante y es un desafío que tenemos como sistema nacional de reconocer e identificar en el derecho comparado y derecho extranjero, instituciones, instrumentos y mecanismos interesantes, pero aplicados a los contextos nacionales, locales y territoriales”, subrayó.

“Un punto que se hizo hincapié es el tema de los pueblos originarios. Chile es un país que, si lo consideramos desde principios del siglo XIX, cuando se constituye como estado independiente, se localiza dentro de un espacio territorial donde ya habitaban otros, quienes se reconocían con identidades y sistemas jurídicos propios, entonces hay un gran valor ahí también. Hay autores que hablan del derecho criollo chileno como develador, porque existe esta tensión entre mantener una lógica de colonia de España y en desconocimiento de las propias raíces culturales ancestrales del país, y a su vez este desconocimiento conlleva un desarraigo de los territorios, de las lógicas de desarrollo y el desarrollo es diferente a crecimiento. En Chile, las políticas públicas han tendido a comprender desarrollo igual a crecimiento económico, y eso es muy pernicioso y queda en evidencia especialmente, por ejemplo, con las zonas de sacrificio. Nos adentramos a un 2021 con una necesidad de reconocer una identidad propia, lo que genera un gran desafío para un espacio que es territorialmente diferente, con regiones con características propias, con un nuevo sistema regional donde vamos a tener los gobernadores regionales que prontamente van a ser elegidos por la ciudadanía, y donde tenemos este proceso constituyente que va a ser un tremendo desafío, que muchos académicos a nivel internacional van a estar atentos a lo que Chile va a ir desarrollando”, cerró.

El registro completo de la jornada se puede ver acá.

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