Democracia (11 de 11)

Se presentó libro “Democracia, ¿crisis, decadencia o colapso?” de profesor Agustín Squella

La publicación fue comentada por un panel moderado por Cristián Warnken, director de Editorial UV, y que contó con la participación de Patricio Fernández y Daniel Mansuy, además del autor de la obra.

A la trilogía “Libertad”, “Igualdad” y “Fraternidad”, el profesor de la Escuela de Derecho de la UV, Agustín Squella, suma ahora un nuevo título: “Democracia, ¿crisis, decadencia o colapso?”. El libro, publicado por el sello editorial de la Universidad de Valparaíso, fue presentado en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, en un acto que congregó a una gran cantidad de público.

La publicación fue comentada por un panel moderado por Cristián Warnken, director de Editorial UV, y que contó con la participación de Patricio Fernández y Daniel Mansuy, además de Agustín Squella.

El autor, académico, abogado y periodista, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009, explica por qué decidió abordar el concepto de democracia: “Este libro está en la línea de tres libros previos, que trataron respectivamente de los valores de la igualdad, de la libertad y de la fraternidad, y me parecía a mí bastante natural y obvio que si yo me había hecho cargo de esas otras tres palabras, me hiciera también cargo de una palabra que todos pronunciamos, que todos decimos valorar mucho lo que representa, pero que no siempre tenemos suficiente claridad a la hora de decir qué es la democracia como forma de gobierno de la sociedad. Entonces me hizo sentido en esa línea, que yo espero continuar incluso en el futuro, por ejemplo, con un texto breve sobre Derechos Humanos, ya que también sería lógico continuar con esa expresión”.

La que mejor examen rinde

Destaca Squella que “así no más sea porque la democracia es la forma de gobierno que entre otros méritos, creo yo, tiene históricamente comprobado ser aquella que mejor examen rinde en cuanto a la declaración, garantía y promoción de los Derechos Humanos. Cuando mis estudiantes me dicen ‘la democracia, ¿qué tanto valor tiene?’, yo prefiero preguntarles a ellos: ‘¿para ti tienen valor los derechos fundamentales?’, y ‘sí, por supuesto’: derecho a la atención sanitaria, a la salud, los derechos políticos, a los derechos personales… Bueno, la democracia, de todas las formas de gobierno que han existido a lo largo de la historia de la humanidad, no saca un siete, pero sí rinde mejor examen que cualquier otra en relación con los Derechos Humanos. Entonces, si uno valora los Derechos Humanos, cómo no va a valorar aquella forma de gobierno que sin ser perfecta en cuanto a la declaración, protección y promoción de los derechos, es la que saca mejor nota”.

Respecto de si está desgastada la palabra democracia, el académico señala: “Claro, ¡si la usan hasta los no demócratas! Es tal el prestigio que conserva todavía —menos mal— la palabra democracia, que no hay ningún dictador que no se llame a sí mismo demócrata. Nuestro dictador Augusto Pinochet Ugarte estaba convencido de que lo que él legó al país es una democracia protegida; el general Francisco Franco en España hablaba de democracia orgánica; Hitler, que de demócrata no tenía nada, autocalificaba el nacionalsocialismo de democracia real; los hermanos Castro en Cuba hablan de democracia popular; Maduro, que llegó al poder a través de la democracia, pero que luego creo yo se ha cargado las reglas de la democracia en el ejercicio del poder, habla de democracia autoritaria, lo cual es más disparatado, porque es como contrario… Entonces mira tú cómo los gobernantes no demócratas, porque no pueden renunciar al atractivo de la palabra democracia, se la apropian —injustamente por supuesto— adjetivándola de alguna manera, a veces tan extravagante como democracia autoritaria”.

Para los jóvenes

En ese sentido, apunta: “Yo les digo a mis estudiantes que allí donde vean un adjetivo al lado del sustantivo democracia, huyan a perderse, porque lo más probable es que ese adjetivo esté vaciando de contenido al sustantivo”.

Lamentablemente, señala Squella, “no soplan buenos tiempos para la democracia en el planeta, y en consecuencia todos estos libros que yo he mencionado, incluido el que se presenta hoy, están dedicados y destinados a ser leídos preferentemente por jóvenes, que otorgan valor o reconocen el valor que hay detrás de estas palabras: igualdad, libertad, fraternidad, democracia en este caso, y que quieren mejorar su comprensión acerca de lo que hay detrás de esas palabras. Ese es el propósito, tan modesto como ese, pero en definitiva escribir para los jóvenes es lo mejor que creo yo puede hacer uno en la fase de la vida en que me encuentro”.

La desconexión

Los panelistas coinciden en la importancia de abordar el concepto de democracia. Daniel Mansuy comenta: “Es un libro muy interesante porque presenta un mapa de las principales discusiones conceptuales respecto de la democracia, que pese a que efectivamente ya parece instalada, también sufre crisis y tiene sus propias dificultades, así que siempre es muy interesante volver a mirar sus fundamentos, para saber cómo se podría eventualmente salir de las dificultades que hoy día enfrenta”.

Sobre cuáles son esas dificultades, dice Mansuy: “Yo creo que uno de los problemas centrales que vive hoy día la democracia es la desconexión entre las élites que gobiernan y, por llamarlo así, el pueblo, la masa. Pareciera haber una distancia creciente entre esos dos mundos, y eso sí que es grave, es complicado. Pero no creo que eso se resuelva volviendo al voto censitario o algo así”.

Añade que “hay una crisis de representación muy grave, y efectivamente es muy interesante volver a mirar los fundamentos de la democracia para intentar encontrar los orígenes de esa crisis, porque mientras no la comprendamos bien, claro, no vamos a poder salir de donde estamos. Por eso el libro es un aporte muy interesante”.

Por su parte, Patricio Fernández afirma que “de pronto se vive la ilusión de que la democracia sea el sistema natural en el que nos entendemos las sociedades humanas, y eso no es así. Sin ir más lejos, hay partes bien importantes del planeta que todavía no la conocen, con cantidades inconmensurables de seres humanos que la habitan y que podrían preguntarse, así como los chinos, por qué me vienen a hablar tanto de democracia si yo llevo más de cinco mil años sin habitarla. Por lo tanto, yo creo que la pregunta por la democracia es una pregunta ultra vigente, que no sólo tiene dificultades en el momento actual, sino que es un ejercicio permanente de cuidado civilizatorio”.

Enfatiza Fernández que “es lo menos natural que hay el que los hombres se entiendan democráticamente, es un esfuerzo que no permite pausa, porque al menor descuido se descompone esa manera cultural de entendernos”.

Asimismo, afirma que “Democracia” es un libro que “muestra a cabalidad la vocación pedagógica de Agustín Squella. (…) Despertar la conciencia para darse cuenta de que no es natural, y en qué consiste y analizarla en toda su construcción cultural, es un ejercicio educativo súper importante. Desnaturalizar lo que aparece de pronto como natural, y darse cuenta de no lo es, y el ejercicio que hace Squella en esto es hacer eso con la democracia, así como hacia finales del libro con sistemas económicos como el capitalismo, el neoliberalismo, etcétera; o sea, tomar conciencia de cosas que de pronto parecen como si fueran dadas”.

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