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Exitosa simulación de “Juicio por jurado”, inédita en Chile, realizada por Escuelas de Derecho y Teatro UV

Con la asistencia de alrededor de 300 personas, se desarrolló el ejercicio académico “¿Juicio por jurado en Chile?. Un ejercicio académico”, que consistió en una completa simulación de esta modalidad de enjuiciamiento –inexistente en nuestro país-, con la participación de estudiantes y profesores de las Escuelas de Derecho y de Teatro de la Universidad de Valparaíso.

La actividad se realizó en el Aula Magna de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UV y estuvo organizada por el departamento de Derecho Procesal de la Escuela de Derecho, con la colaboración de profesores y estudiantes de la Escuela de Teatro de esta misma casa de estudios. Además, se contó con la participación especial del Juez de Garantía de Valparaíso, magistrado Juan Carlos Maggiolo, el único “personaje” verdadero de esta puesta en escena.

A este inédito experimento académico asistieron el presidente de la Junta Directiva de la UV, don Gerardo Donoso; los decanos de las Facultades de Derecho y Ciencias Sociales y de Arquitectura, Alberto Balbontín y Juan Luis Moraga, respectivamente; los directores de la Escuela de Derecho, Claudio Oliva y de Teatro, Cristian Figueroa; abogados, estudiantes de diversas universidades y establecimientos educacionales de la zona; defensores públicos, fiscales, jueces y profesionales de distintos ámbitos disciplinarios.

HISTORIA A JUZGAR

El caso que se presentó en esta simulación de juicio oral, trataba del imputado Juan José Bautista, abogado de 54 años, representado por el profesor y actor Andrés García, quien estaba acusado de autor del homicidio de Silvia Suárez, con quien mantenía una relación amorosa oculta.

La víctima, tenía 25 años, estaba recién titulada como abogada y realizaba una pasantía en el prestigioso Estudio de Abogados donde se desempeñaba Juan José Bautista, quien finalmente era su jefe en esta oficina.

Al imputado se le acusó de ahorcar a Silvia Suárez con una media y de avisar tardíamente a la policía de los hechos.

Al comentar su rol, el profesor de la Escuela de Teatro UV, Andrés García, manifestó que “estoy agradecido de la invitación a participar, pues ha sido un experimento muy importante tanto para los estudiantes de Derecho como para nosotros los actores, porque estamos lejanos a experiencias como ir tomando decisiones y verificar todas las aristas de lo que significa un juicio y emitir conclusiones”.

Acotó que “fue interesante porque nos puso en una situación de juego e improvisación, lo que es un ejercicio delicado y complejo para los actores, pues tenemos que manejar todos los antecedentes, las historias, los horarios y los lugares y reaccionar rápidamente. Hay que tener coherencia respecto al personaje para no generar dudas en el jurado o que la fiscalía pudiese aprovecharse de nuestros  errores” y aseveró con convicción de que “soy inocente, no he matado a nadie. Espero irme tranquilo después de lo que decida el jurado”.

En tanto, los roles de testigos de la acusación, fueron representados por los estudiantes de Teatro Cindy Godoy,  Javier Arias,  Nicol Gutiérrez, Christopher Ortega (Titulado y profesor) y  Nadia Zumelzo. Como testigos de la Defensa, se desempeñaron los alumnos Constanza Silva,  Valeria Salas y Carla Avilés.

En la simulación del juicio, el juez Maggiolo inició con la presentación y los alegatos de apertura de los intervinientes: el Ministerio Público (fiscales) y la Defensoría y continuó con las declaraciones voluntarias del imputado, donde relató los hechos que lo comprometían.

Posteriormente, las partes presentaron medios de prueba, en especial testimoniales, las que sumaron 8 testigos (actores) que fueron interrogados tanto por los fiscales como por los defensores, que fueron representados por los estudiantes de quinto año de Derecho, Ignacio Ackermann, Gabriela Soto, Pía Solís y Juan Pablo Barrios. Sus profesores guías fueron Javier Rojas-Mery (fiscales) y Andrés Benavides (Defensa).

El juicio, que se extendió por aproximadamente 2 horas y media, concluyó con los alegatos de clausura de los intervinientes y luego los 12 miembros del jurado se retiraron a discutir en privado el veredicto.

PRESIDENTA DEL JURADO

El jurado, integrado por los siguientes voluntarios no abogados, fueron elegidos por convocatoria abierta y posterior sorteo público: July Riquelme (secretaria);  Genoveva Oddershede, (secretaria); Verónica Pinto (estudiante); Rodrigo Muñoz (estudiante); Marcela Piddo (empresaria turística); Diego Maturana (estudiante); Sofía Anwandter (estudiante); Esperanza Astargo (estudiante); Paola Bustamante (Asistente Social); Juan Salas (periodista); Valeria Arancibia (asistente administración y contable) y Danae Ahumada (secretaria).

Fue elegida por sus pares como presidenta del Jurado, la empresaria turística Marcela Piddo, quien calificó esta experiencia como “inolvidable”.

“Todos los miembros del jurado coincidimos en que nos sentimos afortunados en haber resultado sorteados para poder participar en esta actividad. Felicito a la UV por el liderazgo mostrado y por ser pionera en este tipo de actividades; ha sido muy interesante”, comentó.

En cuanto a si Chile estaría preparado para implementar esta modalidad de enjuiciamiento, Marcela Piddo opinó que “los chilenos somos muy prejuiciosos y hay que considerar que es algo muy relevante ser jurado en un juicio de una situación que no tenemos nada que ver, es una gran responsabilidad. Por supuesto que me gustaría que los juicios fueran así, tienen mucho más sentido común de lo que vemos actualmente en los juicios que vemos en la TV, en los que no entendemos que alguien evidentemente culpable, por tecnicismos se declara inocente; eso es algo que a la ciudadanía le molesta mucho”.

Al leer el veredicto final del juicio, la empresaria turística señaló que “ha habido un interesante debate entre los miembros del jurado, con argumentos sólidos y contundentes, donde aplicó muy bien el sentido común. El veredicto es 11 fotos a favor de absolver a Juan Bautista y 1 voto en contra. Es declarado inocente por considerar que no hay pruebas suficientes para condenarlo”.

En tanto, el profesor del departamento de Derecho Procesal y uno de los coordinadores del evento, Felipe Gorigoitía informó que se efectuó una votación voluntaria entre el público asistente, registrándose un total de 68 votos emitidos, con el mismo resultado, pero en proporción distinta: 46 fueron a favor de absolver y  22 a favor de condenar al imputado.

DECANO DERECHO Y DIRECTOR TEATRO

El decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Alberto Balbontín, comentó que este experimento académico “no tiene como propósito necesariamente adherir a esta forma de enjuiciamiento, pero lo hacemos teniendo presente que esta es una forma que existe en muchos países del mundo, incluso países cercano a nuestra cultura jurídica, como Argentina, Brasil, España”.

Añadió que “es un deber como universidad, a lo menos empezar a informarnos acerca de qué es el juicio por jurado y cómo funcionaría en nuestro país un sistema de esta naturaleza, cuya principal diferencia con nuestra sistema actual radica en que la justicia está en manos de personas que no tienen formación jurídicas, es decir, se trata de la justicia por los iguales”.

La autoridad explicó que esta modalidad, “es una forma de comprometer al Estado al permitirle el acceso al sistema de toma de decisiones en materias judiciales a los ciudadanos del país. Es una forma de democratizar la justicia, lo que no significa desligitimar la justicia administrada por jueces profesionales, pero se permite que sean los iguales, los ciudadanos, los que participen en una actividad tan importante como la judicial”.

Recalcó el hecho de que este ejercicio “es inédito en nuestro país; no se había hecho nunca; esta es la primera vez que asistimos a un sistema de juicio por  jurado, que no es una obra de teatro, pues no hay pautas ni libretos preestablecidos, vamos a vivir las vicisitudes e incertidumbres propias de un juicio en que los testigos no saben que se les va a preguntar por parte de los abogados. Tienen algunas ideas generales, pero luego viene una improvisación controlada, regida por el sistema de juicios orales, a cargo del magistrado”.

Por su parte, el director de la Escuela de Teatro, Cristian Figueroa, dijo que colaborar con este experimento “ha sido muy interesante, pues hemos puesto al servicio nuestra condición de actores y actrices; nuestra capacidad de improvisar ideas, puestas en un relato inicial, pero que requería mucha improvisación. Para nosotros fue un desafío interesante, con otra mirada de nuestro rol”.

MAGISTRADO

Finalmente, el  juez Juan Carlos Maggiolo, coincidió en que se trató de un ejercicio interesante, “pues la discusión se produce delante del jurado, que no son abogados, y eso cambia de nivel, se hace más digerible y accesible para la población general. Cuando se discute frente a un juez titular abogado especialista en derecho penal, normalmente la discusión es muy sofisticada y técnica”.

El magistrado destacó también que el trabajo de los jueces “a veces es reiterado y repetitivo y uno se hace impermeable frente a ciertas argumentaciones. Por ejemplo, si uno siempre ve el mismo argumento de defensa frente a un hecho, por ejemplo, de que “me lo encontré”, ante un mismo delito, como una persona que porta un televisor a 50 metros de una casa. Uno escucha ese argumento de defensa frente a una sustracción, una, dos veces, pero ya después se deja de atender, lo que no se produciría con un jurado, pues generalmente siempre sería su primer juicio y estarían más llanos a escuchar las argumentaciones que para nosotros son repetitivas”.

Finalmente, manifestó que este ejercicio académico “podría abrir el debate acerca del juicio por jurado, que es ajeno a la tradición chilena, pero que ha mostrado algún espacio en que si podría ser útil dependiendo realidad del país, como en Argentina y España, que se aplica para casos más graves, porque es costoso de implementar”.

 

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